Dice un buen amigo que los juegos son como las películas. A veces necesitas algo que te llene, que te reafirme en que el tiempo que dedicaste a esta afición no es tiempo perdido. Otras veces, sin embargo, quieres simplemente jugar, pasar el rato con algo que te entretenga por el mero hecho de jugar. Para las segundas situaciones, juegos como Tinykin son oro puro.

Plataformas + puzzles, mezcla segura
En el juego somos un personaje miniaturizado que tendrá que ir avanzando por las distintas estancias de un hogar encontrando los elementos que necesita para construir un artefacto con el que poder volver a su hogar. Realmente todo esto da igual, como en la mejor tradición de los juegos de los 80, la historia no es más una excusa que sirve para plantear el terreno de juego. Lo que de verdad engancha es la mecánica. Cada habitación por la que pasamos supondrá un lugar en el que tendremos que encontrar unos pequeños seres con distintas habilidades. A lo largo del juego encontraremos seres con hasta cuatro distintos tipos de habilidades. A mí, la verdad, me recordaron un poco a los míticos Lemmings (enlace para los más jóvenes), aunque mucho más simpáticos. El correcto uso de las habilidades que nos proporcionan estos seres es la llave para poder resolver los distintos puzzles que se nos plantean y, por tanto, para avanzar en el juego.
Como decía, los distintos niveles están configurados como estancias de una casa. En total el juego nos propone un total de cinco estancias: salón, baño, entreplanta, cocina y dormitorio. La mecánica no varía de una estancia a otra, pero es verdad que según avanzamos las estancias se hacen más extensas (por tanto, más complicadas). Además, con cada estancia se va desbloqueando una clase nueva de seres, lo que va añadiendo alguna complejidad adicional a los puzzles. Falta mencionar que las estancias están configuradas en distintas alturas, lo que añade al coctel que tenemos que tener cierta habilidad con el plataformeo. Con estos ingredientes, ya tenemos la fórmula completa. Pero no te equivoques, nada en el juego es complicado, ni los puzzles ni las plataformas. Entonces, ¿dónde está el truco?

El truco está en el saber hacer
Pues realmente no hay truco. En cada habitación se plantea una especie de misión principal y otras (no muchas) misiones secundarias. Realmente ninguna es excesivamente compleja, no creo que suponga un reto para la mayoría de los jugadores. Donde Tinykin consigue enganchar es por lo dinámico de su planteamiento. Entrar en una habitación supone todo un mundo (literal) que explorar. Según recogemos seres, podremos llegar a nuevos lugares inicialmente inaccesibles. Como decía antes, cuando avanzamos los niveles son mayores, con más cosas que investigar y descubrir. Pero todos ellos siguen un patrón común. Están muy bien pensados. Y además, tienen un diseño muy colorido, agradable visualmente. No hace falta mucho más. El resto lo hace nuestra curiosidad. Así de simple y así de complicado. Cuándo se darán cuenta los diseñadores que el jugador es un elemento más del juego. Esto lo entiende perfectamente Tinykin. El juego pone las piezas, monta el tablero de forma que todo lo necesario para que el jugador pase un rato de entretenimiento puro, llegando hasta donde su curiosidad le lleve, sin complicaciones. Repito, así de simple y así de complicado.

Conclusiones
Apenas 8h me llevó completar el juego. Cierto es que no terminé todas las misiones secundarias. Con ellas, supongo que no iremos a las 10-12 horas. También en esto los diseñadores han sido inteligentes en no alargar el juego con niveles que no aportan nada adicional.
Remarcar el aspecto técnico. No es que sea un juego complejo de realizar en lo técnico, pero ciertamente, está resuelto a la perfección. Y hay que tenerlo muy en cuenta porque en este tipo de juegos tan simples, cualquier detalle no cuidado en la parte técnica puede frustrar a los jugadores que, sin ningún aliciente adicional, acabarían por dejar de jugar. Así que, otro apartado bien resuelto.
Como decía al principio, da gusto encontrar juegos que lo único que pretenden es divertir, sin mayores ambiciones. Y eso Tinykin lo hace a la perfección. Ojala hubiera más juegos tipo Tinykin. Aunque también me pregunto, ¿este tipo de juegos tendrían la audiencia que tienen sin la ayuda de XBox Gamepass? Opiniones, por favor…
