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Ya se que en TdG solemos hablar de juegos, pero no me resisto a comentar la serie de televisión «Fallout» de Amazon Prime, que nos sumerge en el desolado y peculiar universo post-apocalíptico que los fans de los videojuegos de Bethesda han llegado a amar. Sin embargo, para gozo de casi todos los que hemos visto esta primera temporada, los productores no se han limitado a copiar el argumento de alguna de los juegos de la franquicia. La esencia de los juegos se mantiene íntegramente, pero la serie ofrece una experiencia narrativa que se distingue por su propia voz y visión.

Historia y Ambientación

Ambientada dos siglos después de un devastador apocalipsis nuclear, «Fallout» nos sitúa en uno de los idílicos refugios subterráneos (Vaults) en los que una élite de supervivientes viven alejados del supuestamente devastado mundo de la superficie, inhabitable, salvaje y muy peligroso. Pero, como puedes imaginar, por azares del destino, uno de sus miembros se verá obligado a abandonar su idílico refugio y enfrentarse a un mundo despiadado, con ideas totalmente opuestas a las de su sociedad.

Como decía anteriormente, la serie opta por no replicar directamente las tramas específicas de los juegos, sino que introduce una historia nueva dentro del ya rico y matizado paisaje de Fallout. Este enfoque permite a los guionistas explorar nuevas narrativas mientras rinden homenaje a los elementos icónicos del videojuego: el mundo devastado donde la humanidad lucha por sobrevivir y, en contraposición, la sociedad utópica que vive alejada de este mundo sin alma bajo el ideal de restaurar la sociedad tal y como era antes del holocausto. Pero hablaré de esto un poco más adelante.

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Construcción del Mundo

Los creadores de «Fallout» saben que gran parte del éxito de la serie es agradar a los fans de los videojuegos, y por eso da la sensación de que han puesto mucho empeño en que el entorno sea una meticulosa y detallada recreación del que se describe en muchos de los juegos de la serie.

La recreación de la atmósfera retro-futurista es de tal fidelidad que transporta a los espectadores directamente a los páramos desolados que tantas veces hemos caminado por los juegos. La música, compuesta por Ramin Djawadi, complementa perfectamente esta atmósfera, utilizando una mezcla de jazz y sonidos de la era espacial que evocan la estética de los años 50, complementando de una forma deliciosa las secuencias visuales donde se captura la desolación del mundo post-apocalíptico.

Los refugios también tienen la capacidad de hacerte sentir que estás en uno de ellos, con sus personajes socialmente adormilados, que se mueven no se sabe muy bien si por el ideal de reconstruir el mundo exterior cuando sea posible o por el miedo común a lo que les espera si el mundo exterior les ataca.

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Solo un pero. No me ha convencido la recreación de la época pre-holocausto, con unos años 50 demasiado modernos para mi gusto. Pero, no estropea para nada el resultado general de la serie.

Humor y Violencia

Me atrevería a decir que una parte muy importante de lo bien que funciona esta serie es por el equilibrio entre humor y violencia que mantiene durante sus 8 episodios. Sin llegar a ser desagradable para el espectador, la serie no rehúye mostrar escenas de violencia, pero lo hace con un toque de sátira que evita que se sobredimensione y moleste al espectador.

El humor negro eso otra de las señas de identidad de la serie. Continuamente se nos presentan situaciones absurdas y grotescas que recuerdan a los momentos más memorables de los juegos​​. Esta combinación de elementos asegura que la serie sea entretenida sin perder la profundidad de su comentario social.

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Una serie con trasfondo

Volviendo al tema de la dicotomía social que plantea «Fallout». Sin desvelar nada de la trama, decir que esta dicotomía social es el motor de los primeros episodios pero, muy inteligentemente, sirve a los showrunners para confrontar ambas realidades y ver que ninguna es lo que al principio parece. Pero no solo eso. Además, gracias a un desarrollo magistral de la trama, esta dicotomía sirve también para enlazar con las raíces mismas del mundo apocalíptico, ahondando en la idea principal de la serie, una idea que, a mi entender, está totalmente pensada para que cale en el mundo en que vivimos.

Porque, más allá de su valor de entretenimiento, no hay que perder de vista el agudo comentario social sobre la avaricia corporativa y la supervivencia humana en tiempos de crisis que propone esta serie de «Fallout». Si lo piensas con calma, la serie manda mensajes muy potentes sobre nuestro futuro como sociedad si permitimos que los intereses corporativos estén por encima de nuestros intereses como sociedad, independientemente de nacionalidades, razas o religión. Pero, quizás lo que más interesante de estos mensajes es que lo hace sin intención de dar moralinas.

Similitudes y diferencias con los videojuegos

La serie comparte con los videojuegos su característico sentido del humor negro y satírico, así como la atmósfera retro-futurista. Los fans reconocerán las referencias a la estética de los años 50 combinada con tecnología avanzada y un entorno desolado. Las Vaults, los trajes de poder, los mutantes y el omnipresente Pip-Boy son elementos visuales y temáticos que se trasladan fielmente a la pantalla, haciendo que la serie se sienta como una extensión natural del universo de Fallout, con detalles minuciosos que resonarán profundamente con los jugadores veteranos​.

Aunque mantiene muchos de los elementos que hicieron famosa a la franquicia, la serie también se toma libertades creativas para adaptarse mejor al formato televisivo. A diferencia de la naturaleza interactiva de los juegos, donde los jugadores toman decisiones que afectan la narrativa, la serie ofrece una historia lineal que permite un desarrollo de personajes más profundo y una exploración temática más robusta. Esta narrativa guiada proporciona a los espectadores una inmersión completa en la trama sin la necesidad de tomar decisiones constantes. Además, la serie aborda temas contemporáneos como la avaricia corporativa y el impacto de los intereses privados en la sociedad, que perfectamente sirve como reflexión relevante y oportuna sobre el mundo real.

Personajes y Actuaciones

Las actuaciones son un punto fuerte de la serie, con un elenco de personajes que, pese a su marcada diferencia entre ellos, logran capturar muchas de las distintas consciencias que ya hemos visto en los distintos juegos del universo de Fallout.

Ella Purnell como Lucy es todo un acierto ya que aporta la mezcla de inocencia y cabezonería que sirve de motor para la trama. La verdad es que no logro imaginar la serie sin su interpretación. Por su lado, Walton Goggins brilla en su doble interpretación de Cooper Howard, tanto como estrella de cine de los cincuenta como de zombie carismático. Esta segunda creo que es en la que brilla con más fuerza gracias al oscuro sentido del humor que despliega en cada una de sus intervenciones. Tampoco puedo olvidar al tercero en discordia, Aaron Moten, en su papel de escudero ambicioso de buen corazón.

Es innegable que la química entre los tres personajes principales es lo que nos mantiene enganchados a la serie. Pero también el cómo, en tan pocos episodios todos evolucionan delante de nuestros ojos, con arcos de desarrollo que enriquecen la narrativa general de la serie, permitiendo una conexión emocional con cada uno de ellos.

Un gran producto televisivo

No soy un gran conocedor del universo Fallout, pero he de decir que la serie de Amazon Prime a mi entender no solo logra capturar la esencia del universo de los videojuegos, si no que construye sobre él unas bases muy sólidas que, a buen seguro, nos van a permitir gozar grandes momentos televisivos en el futuro. Y, encima, nos hace dar alguna pensada a sus mensajes.

Sin duda el hito de expandir el universo de esta franquicia está más que logrado. Y no me extrañaría que el siguiente juego de la saga multiplique las ventas de sus predecesores.

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