El peor problema que tiene este HFB es el haber coincidido en el tiempo con ese pedazo de juego que es Elden Ring. No solo le ha quitado el protagonismo mediático que, hasta cierto punto es normal. Es que seguramente también le ha quitado a millones de jugadores, absorbidos por las Tierras Intermedias. Esto justo es lo que me ha pasado, que hasta que no he podido concluir con el exigente reto de FromSoftware, no me he puesto manos a la obra con este Horizon.
Problemas coyunturales a parte, las secuelas de juegos tan originales en su historia como lo fue Horizon Zero Dawn son complicadas, principalmente porque mantener el interés en una historia tras haber mostrado todas las cartas es complicado. Este es el reto que tenía el juego que ahora analizamos, la esperada secuela, Horizon Forbidden West.
De donde partimos
La historia nos sitúa 6 meses después de los acontecimientos ocurridos en la primera parte. Un inciso: aunque los autores han preparado un mini resumen al principio del juego, a mi entender es imprescindible que hayas jugado a Horizon Zero Dawn para poder disfrutar la historia de este HFB. De otra forma, personajes y situaciones te van a ser totalmente desconocidas, y seguramente abandones al no enterarte de nada.
Volviendo al tema, pese a haber derrotado a Hades, el proceso de degradación del planeta sigue su curso y Aloy (nuestra protagonista) tiene que volver a ponerse manos a la obra para encontrar una copia de Gaia que permita reconstruir la Tierra tal y como lo había diseñado Elisabeth Sobeck. Un punto de partida bastante poco original que, junto con unos primeros compases del juego muy parecidos al juego original hacen que en un primer momento notes cierta pereza por avanzar en el juego. Al menos a mi me ocurrió. Y esta pereza se acrecienta cuando el desarrollo del juego se ve continuamente interrumpido por cinemáticas que impiden que podamos hincar el diente al juego. Quizás sea lo normal en este tipo de juegos «película» en los que lo fundamental es contar una historia pero, en mi opinión, al principio del juego lo que el jugador busca es descubrir qué le ofrece la experiencia a la que le va a dedicar un buen puñado de horas, y este planteamiento de cinemática tras cinemática no hace más que entorpecer.

Como digo, tras unas primeras horas algo decepcionantes en las que crees estar jugando a una remasterización de la primera parte, por fin la historia da un giro no esperado que te atrapa y te hacer recuperar la fe en que el juego puede llegar a ser interesante. Porque, siendo sincero, si en este tipo de juegos no consigues que la historia te atrape, mejor dejarlo. Pero HFB lo consigue en algún punto y desde ese ya empiezas a ver que tienes un objetivo interesante, lo que te da la motivación necesaria para seguir avanzando.
Contenido y mecánicas
Desde un punto de vista del contenido que ofrece, HFW es un juego apabullante. Aunque la campaña principal dura unas 15-20 horas, la cantidad de horas que puedes dedicar a misiones secundarias, asaltos a campamentos, calderos, etc., puede elevar considerablemente el número de horas de diversión. Y eso sin contar toda la exploración y escaramuzas que puedas realizar de forma improvisada contras los innumerables grupos de máquinas que te encuentras en el mundo abierto. Pero, vuelvo un poco a lo que decía antes. Todo está montado bajo la premisa de la historia principal. Si esta te falla, no te engancha, a mi se me hace difícil creer que vayas a dedicar mucho tiempo al resto de cosas. Más si cabe que, por lo general las misiones secundarias tienen poco interés y están por el mero hecho de rellenar y forzar a que el jugador las realice para subir el nivel de cara a la historia principal. Yo, por ejemplo, he disfrutado más con escaramuzas contra máquinas que me encontraba por el camino que realizando las misiones secundarias que se plantean. En este sentido, creo que es más honesto el planteamiento de juegos como Uncharted o The Last of Us, en el que no existen secundarias, solo una sólida historia principal.

También muy loable es la cantidad de mecánicas distintas que el juego nos propone. La primera y seguramente la que más guste en general es al de luchar contra los animales-máquina (aunque también hay luchas contra humanos, en general son más sencillas y menos interesantes). Yo las he disfrutado mucho porque más allá de copiar la mecánica de los juegos Souls, HFB tiene su estilo propio. Te puede enfrentar a los enemigos a golpe de lanza, para mi poco recomendable, pero puedes también usar tus arcos con o sin concentración, o poner trampas y hacer que los enemigos las exploten… Al final el juego te da muchas opciones y tendrás que usar seguramente todas porque la diferencia de tu pegada frente a la de tus enemigos es abrumadora.
Pero no solo las mecánicas de lucha son interesantes. También he disfrutado mucho con las mecánicas de exploración de mazmorras (entendiendo mazmorra en un concepto muy amplio). Podríamos decir que son puzzles en los que hay que ir entendiendo el camino a seguir para poder avanzar. No son complicadas pero si creo que resultan interesantes.
Por otro lado, la mecánica de recolección que, personalmente siempre son las que más pereza me dan, en HFB está bien resuelta y hace que no tengas que dedicarte en exclusiva a estar horas farmeando, si no que en el avance natural del juego puedes ir recolectando todo lo imprescindible para generar flechas, bombas y trampas.
Como ves, la cantidad de cosas que el juego permite cubre muchos frentes y, aunque no destaque en ninguno, realmente los resuelve todos ellos de una forma más que correcta.
Apartado técnico
De lo que he podido ver, Horizon: Forbidden West es, gráficamente, lo mejor que ha dado la nueva generación de consolas hasta el momento(aunque me queda únicamente la duda con el Demon Souls de PS5, que no he jugado). Los escenarios están detallados de una forma abrumadora. Casi puedes sentir la nieve cayendo en tu cabeza, o la arena del desierto pasando a tu lado. Parece que el equipo de Gorilla ha querido que el diseño de los distintos biomas sea parte de la experiencia de inmersión en este sea una parte de la inmersión en el mundo apocalíptico. Es cierto que ya tenían el nivel muy alto de la experiencia de la primera parte, pero el cambio a la nueva generación se nota, no es el típico port de PS4 a PS5 en el que los gráficos son casi los mismos. Y, además, Gorilla lo ha hecho en los primeros años de vida de la PS5, que en la primera parte la PS4 ya era una consola con años a sus espaldas y los equipos de desarrollo estaban más acostumbrados a exprimir su potencia. Así que mayor mérito si cabe.

Obvia decir que las cinemáticas tienen también este nivel, pero también son impresionantes porque los primeros planos de las secuencias sirven para destacar más si cabe la calidad del diseño de los personajes. Se nota que han cuidado mucho este apartado gráfico en detalles como el pelo de Aloy, que no para de moverse y ondear al viento (alguna vez de forma algo forzada, todo sea dicho).
Por contra, en el apartado técnico si que creo que no se ha alcanzado las mismas cotas del diseño artístico. Aunque puede pasar desapercibido, si te fijas ves cosas que no están del todo pulidas: el movimiento hay veces que se atasca, hay animaciones que se sienten no naturales, como con cortes (probad a correr y saltar acto seguido). No es algo que importe demasiado, pero sorprende que en un proyecto de tal magnitud no se haya tenido paciencia para pulir estos detalles menores. En cualquier caso, ya digo que son menores y no empañan la experiencia global.
Conclusión
Con sus luces y sus (pocas) sombras, el mayor reto que tenía esta secuela era el de al menos igualar en interés al juego original. Y creo sinceramente que es un reto superado. No me atrevo a decir que sea mejor historia, pero sin duda es una historia interesante que consigue mantener el interés hasta el final.