Sabes que me gustan los metroidvania y siempre ando buscando el próximo interesante al que jugar. Por eso me extraño encontrar hace unos días este, The Mobuis Machine, que salió en marzo y que a mí me había pasado totalmente desapercibido. Así que, para enmendar mi error, lo he comprado. Esta es mi review.
La historia
El juego comienza de una forma un tanto cómica, con un astronauta que se ve obligado a atender una llamada de socorro desde un planeta perdido. Como no puede ser de otra forma (originalidad al poder), el rescate acaba en tragedia y el rescatador se ve solo en un planeta inhóspito que tendrá que recorrer para ver si encuentra alguna forma de salir de él.
Durante el juego irás descubriendo que el mundo en el que has caído tiene relación con un extraño sueño que tienes al principio en el que aparecieron cosas que luego vas encontrando en el planeta. No cuento más para no hacer spoilers. Solo diré que, aunque la historia no tiene mucho impacto en el desarrollo del juego en sí, si que está bien hilado todo lo que ocurre con el desenlace.
La jugabilidad
The Moebius Machine es un metroidvania principalmente por el hecho de que tengas que ir añadiendo habilidades a tu set que te permite alcanzar nuevas zonas. Pero para mi es, eminentemente, un juego de exploración. Está estructurado en zonas dentro del planeta, del 1 (la inicial) al 7, pero todas ellas forman parte de un único mapa muy interconectado. Este es sin duda uno de los factores diferenciales del juego. El mapa. Hay una muy importante tarea de diseño de niveles, con mapas que te dejan ver zonas a las que no puedes acceder hasta que no llegues desde otro lado. Ya te adelanto que te va a tocar recorrer una y muchas veces los distintos escenarios para ir «abriendo» cada una de las zonas que aun no has visto. Además lo vas a tener que hacer «a pata» porque, aunque hay teletransportes a lo largo del juego, son bastante escasos y seguramente no te pillen ni cerca de donde quieres ir. A mi personalmente es de las cosas que más me ha costado al principio del juego, pero luego te acostumbras y empiezas a desarrollar estrategias para andar lo menos posible. Es, sin duda, para lo bueno y lo malo, uno de los puntos destacados del juego, la estructura de mapa que te obliga a explorar hasta el último rincón en busca de cualquier pasillo que hayas dejado sin mirar y que te de acceso a zonas que de otra forma no serán accesibles. Por cierto, te recomiendo jugar sin mapa (a menos que estés muy atascado) para no perderte esta experiencia.
El combate es simple. No plantea combates con enemigos tipo souls. Los enemigos son, en general fáciles de matar. La mecánica está mas pensada en el continuo asedio. Nuestro arma es un fusil láser omnidireccional, que controlamos con el ratón o el stick derecho. Los enemigos pueden venir desde cualquier ángulo y tendremos que apuntar con nuestro arma para derrotarlos. Además, debe ser de los pocos metroidvanias que no incorpora dash (bueno, si tenemos, pero no sirve para evitar enemigos). Al principio choca un poco que nuestra única forma de esquivar enemigos sea mediante el salto pero en cuanto te haces con la dinámica, se hace muy natural. Además encaja que puedas tener movilidad total mientras salta… ¿no estás en un traje espacial con propulsores? Tampoco es un souls en lo que se refiere a las armas o el equipo. Podrás ir consiguiendo planos para mejorar tu equipo, si, pero realmente lo que vas añadiendo es potencia al armamento o mayor duración de los efectos, pero no hay nada sustancialmente distinto. Dispones de cinco tipos de disparo y podrás mantener equipados de forma continua dos de ellos. Muy simple pero de verdad que no afecta para nada a la jugabilidad.
La exploración, como decía antes, es la clave. Al principio deambularas más o menos sin contratiempos, encontrando periódicamente puntos de guardado. Pero conforme vas avanzando en los niveles, los puntos de guardado se hacen más escasos, obligándote a ser más fino en tu aventura para no perder la energía que te permite seguir con vida.
En cuanto a la energía (tu vida), también es simple y efectivo. Tienes una barra de vida que pierdes conformes recibes ataques de los enemigos. A su vez, tienes una barra de energía que recargas a partir de los drops de los enemigos. Si tu vida baja, en cualquier momento puedes convertir energía en vida. Parece sencillo, pero el sistema es deficitario porque te obliga a eliminar dos / tres enemigos (depende de su tamaño y dificultad) más o menos para poder conseguir la energía suficiente para recuperarte de un golpe. Repito, muy simple pero que de verdad funciona.
Por si te lo estabas preguntando, sí, hay bosses, pero no como te los esperas. Son enemigos más grandes que el resto, con barra de vida, pero realmente no suponen un gran reto. Tardarás en matarles, pero raro es el que te lleva más de dos / tres trys, salvo el boss, final, que es bastante complicado. Su función fundamental es la de custodiar las mejoras de habilidades que te permiten avanzar a nuevas zonas. Así que tendrás que eliminar a todos.
Por último, quizás lo que más me ha gustado es la cantidad de formas de desplazamiento que ofrece, muy acordes con la mecánica de exploración del juego. Puedes, por supuesto, andar / correr y saltar. Pero también vas a poder bucear y recorrer un par de zonas muy amplias con esta mecánica de buceo, distinta a la anterior. Y, para terminar, no, no puedes volar, pero casi. Puedes planear, lo que también dará, sobre todo en los niveles avanzados, mucho de sí dado que tendrás que explorar no solo las zonas de a pie, si no también los cielos.
Aspectos técnicos
Sinceramente, desde el primer minuto que arrancas el juego, todo da una sensación de calidad muy por encima del nivel al que estamos acostumbrados en este tipo juegos «indies». Como se mueve nuestro persona, la cantidad de animaciones que tiene, su suavidad. Todo da una sensación de robustez y calidad que se percibe durante todo el juego. Esta calidad también se percibe en lo bien trabajados que están las zonas. No solo por su diseño, si no por la excepcional situación de todos los elementos. Aquí no hay duda de cuando una plataforma está al alcance de cuando no lo está. Si en el primer salto no lo logras, casi seguro que no es accesible. Las medidas en todo el juego son, simplemente, perfectas.
El apartado artístico no queda a la zaga. Aunque parece un «simple» juego de scroll vertical, la verdad es que todo el diseño 2.5D le sienta fenomenal, dando a todo el apartado artístico un acabado muy serio, con un estilo entre un dibujo animado y una space opera. Las paletas de colores elegidas para los distintos biomas también le sientan fenomenal. Me parece en especial soberbio todo el diseño gráfico del nivel bajo el agua.
Resumiendo, este The Moebius Machine te encantará si te gustan los juegos en los que la exploración de niveles es la clave (en este son todo un reto). Y si no eres de esos, de verdad dale una oportunidad, porque aunque al principio puede parecer sencillo, te aseguro que acabarás irremediablemente atrapado en su propuesta.
