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GOD OF WAR: RAGNAROK; si funciona, no lo toques

9
Positivo
Negativo

Analizar este God of War: Ragnarok puede ser tan complicado o tan sencillo como uno se proponga. Si has jugado al primer God of War, el resumen es muy rápido: más de lo mismo, pero mejor, más espectacular y más largo. Si no lo has jugado, no se a qué esperas, te estás perdiendo un juegazo. Y, sinceramente, no te recomendaría jugar a este Ragnarok sin haber completado la primera parte. La historia es continuación directa de lo que ocurrió en el primer juego, con lo que todas las referencias que hay en Ragnarok (que son muchas), te las estarás perdiendo.

Misma fórmula, brutal ejecución

Como decía, el juego es continuación directa de la primera parte que salió hace unos años. Como siempre, trato de no hacer spoilers, pero es necesario situar un poco la historia.

Tras la muerte de Baldur en el primer juego y las revelaciones sobre el origen de Atreus, este ha decidido explorar su pasado y entender lo que esperan las profecías de él. Esto le lleva a escaparse continuamente de la vigilancia de su padre en busca de templos que le cuenten su historia y su decisiva participación en el Ragnarok.

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Sin entrar en más detalles, el juego utiliza las mismas mecánicas que la primera parte, aunque con alguna evolución que hace que no sea totalmente igual. Como decía al principio, es más de lo mismo pero mejor. Si jugaste al primero, ya sabes de qué va. Kratos tiene que ir completando las misiones a las que la historia le va guiando. En el camino marcado (hay poco de mundo abierto aquí), nos irán saliendo al paso montones de enemigos, a los que tendremos que despachar con mecánicas a medio camino entre el hack’n slash y el souls. La novedad principal del juego es que no solo manejaremos a Kratos. Esta vez, tendremos la oportunidad de manejar en algunas (bastantes) tramos de la aventura a Atreus. Eso sí, tanto controlando a Kratos como a Atreus, siempre tendremos un sidekick que nos ayudará a superar a las hordas de enemigos.

Pero decirlo es muy fácil comparado con todo el trabajo que hay detrás. Si por algo destaca este juego es por la brutal atención a los detalles. Sabiendo que la fórmula no es tan distinta de la de hace unos años, el equipo de Santa Mónica ha optado por desarrollar un producto no solo espectacular, si no con infinitas animaciones y sorpresas para que no podamos parar de abrir la boca de asombro. Tenemos animaciones específicas para cada golpe, para cada arma, para cada poder especial… Y no solo eso, para acabar con los enemigos cuando están aturdidos, también animaciones, a cual más espectacular. La mecánica de lucha no ha cambiado demasiado, se sigue teniendo que eliminar a las hordas de enemigos que nos salen cada cierto tiempo. Aunque es cierto que con las nuevas armas que se han añadido, la cantidad de nuevos golpes, la variedad de enemigos, algunos con resistencia al daño elemental intrínseco a cada arma, golpes especiales y demás, los combates se hacen bastante más amenos que en la primera parte.

Además de las fases de combate, también tendremos los inevitables puzzles para avanzar en algunas ocasiones. No suelen ser difíciles de superar, pero si hay que criticar algo en este juego, diría que es esto. El tema puzzles lo veo bien para los cofres o misiones opcionales, pero para la misión principal a veces no hacen más que entorpecer el ritmo narrativo.

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Como ya es normal en casi todos los juegos, tenemos la misión principal y un puñado de misiones secundarias (llamadas de diferentes formas) en cada mundo. En este aspecto me ha gustado que las misiones secundarias no son excesivas. Tienen entidad propio y, si bien no llegan al nivel de la principal, suelen presentar nuevos escenarios y su historia está relacionada con la del mundo en el que están.

Más allá de las mecánicas

Pero seamos realistas. Juegos técnicamente perfectos, hemos visto unos cuantos. Y la parte técnica no garantiza que el juego entretenga. Lo que realmente diferencia a este God of War: Ragnarok de la infinidad de juegos técnicamente perfectos es la historia. Nuevamente, tenemos una historia que raya a un nivel altísimo. Y es por esta por la que nos involucramos con los personajes. En este Ragnarok, además, se captura de forma magistral la eterna disputa entre el padre que quiere proteger a su hijo aislándole de cualquier peligro y el hijo que quiere volar solo, salir del corsé protector que su padre impone. Con conflicto como motor, los de Santa Mónica han sabido hacer un juego muy entretenido. A veces tendremos que manejar a Kratos, lo que dará la posibilidad de ver la historia con sus ojos, escuchar sus pensamientos, sus miedos. Otras llevaremos a Atreus y podremos ver cómo el chaval quiere que le dejen evolucionar, quiere que su padre confíe en él. Seguramente cuando juguemos, inconscientemente tomemos parte con una visión o con otra. Y esto significará que, más allá de todo lo bueno que tiene el juego (que son muchas cosas), lo importante es que nos habremos metido de lleno en la historia, en el eterno conflicto padre / hijo. Y significará que ya no estaremos sólo jugando a un juego para terminarlo. Estaremos avanzando en la historia para saber qué ocurre al final.

El apartado artístico

Yo diría que este apartado sobra dicho lo dicho anteriormente. En cualquier caso, por si alguien duda o no quiere ver las imágenes que acompañan el artículo, decir que God of War: Ragnarok es extraordinario a nivel gráfico. He oído por algún sitio que es un juego de PS4. Sinceramente, no lo creo. Es cierto que mientras tengamos viva la generación anterior, los desarrolladores seguirán haciendo juegos en ambos formatos, sacrificando el explotar al máximo las capacidades de la PS5. Pero, con todo, creo que es el juego más espectacular que he visto en PS5, encima incluso del otro que me alucinó, el Horizon: Forbidden West. Quizás se puede achacar que es más sencillo hacer que el entorno y los personajes sean más potentes visualmente en un entorno controlado que en un mundo abierto. Toda la razón. Pero este GoWK es que puntúa muy alto en cualquiera de los aspectos de un juego. Las animaciones de los múltiples personajes que ya comentaba al principio son perfectas y preciosas. También las cinemáticas, realizadas con el mismo motor del juego, son espectaculares, con un cuidado al detalle que no es muy frecuente., Y los entornos, todos distintos, cada uno con su personalidad, sus enemigos, su climatología,…

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Para cerrar, mi opinión general. Este God of War: Ragnarok no solo es un juegazo, es uno de esos juegos que no quieres que acabe. Está tan bien hecho que te entretiene todo, desde la misión principal hasta la última secundaria. Pero, para mi, no es el juego del año. Visto que ya se dieron los premios al juego del año, quizás se me tache de oportunista. Pero, pese a todas sus fortalezas (cuesta encontrar algo que no haga perfecto), para mi este juego está un peldaño por debajo del otro juego del año, Elden Ring, por el simple hecho de que no aporta nada nuevo a la fórmula. Se limita a reinventarse a si mismo sin incorporar nada nuevo. No es fácil, no digo eso, pero en un proyecto tan ambicioso, da lástima que no se de una mínima oportunidad a la innovación.

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Alberto Sánchez

¡Me encantan los videojuegos! Es mi pasión desde que un día mi padre trajo a casa un flamante ZX Spectrum. Desde entonces, no recuerdo haber parado de divertirme, frustrarme, emocionarme y por supuesto, maravillarme con todo lo que este mundo es capaz de ofrecer.